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MORENO

ORÍGENES HISTÓRICOS DE LA CIUDAD Y EL PARTIDO DE MORENO


Estas tierras pertenecieron en gran parte Luján. Por ellas pasaba el camino Real hacia el Oeste o de los Correos, descubierto en 1586 por don Rodrigo de Zárate. Dicho camino, origen de la actual ruta 5 (ex 7), cruzaba el río por el "paso del Rey", en cuyas inmediaciones en la otra banda se levantó en 1730 la capilla de Merlo, centro espiritual de avanzada en la zona.

En 1773, don Pablo Márquez, por su iniciativa privada, levantó el primer puente sobre el río, dando origen a la desviación de la ruta oficial que posteriormente tomaría el nombre de Avenida Gaona. En lo que es hoy el distrito de Moreno, existieron importantes estancias dedicadas a la ganadería, desde el siglo XVII, con sus pequeñas poblaciones, pero el primer centro más concurrido y poblado fue por razones comerciales el Puente de Márquez.

De entre las estancias, se destaca históricamente la que probablemente perteneciera en sus primeros años a la familia Rodríguez Flores, de 1500 varas de frente al río por legua y media de fondo, y que hasta 1770 perteneciera al matrimonio Juan Antonio Peña y María Rosa Sejas. Al morir ésta, designó por heredera a su alma y para que se le rezaran misas anuales, dejó sus bienes afectados a una capellanía a favor del Hospicio de San Ramón de las Conchas, al que pasó a pertenecer por ende a la Orden de Nuestra Señora de la Merced, con sede en la zona, en la capilla de Merlo. En la escritura que otorgó Peña reconociendo la voluntad de su difunta esposa, se mencionan construcciones y corrales.

Los Padres Mercedarios pudieron haber tenido allí algún oratorio, como se menciona en un plano, pero por lo probado es que hubo arrendatarios que explotaron la estancia del Paso del Rey, como sería conocida dicha propiedad. En 1822, al ser confiscados por el Estado de Buenos Aires, los bienes pertenecientes a los religiosos pasaron a ser propiedad fiscal. En años sucesivos, varios ocupantes las solicitaron en compra, entre ellos Juan Crisóstomo de Bravo Rueda, de quien fuera socio el ilustre músico, economista, comerciante, funcionario y parlamentario, don Amancio Alcorta, nacido en Santiago del Estero en 1805 y fallecido en Buenos Aires en 1862.

Tesonera y tozudamente, Alcorta, al separarse de Bravo Rueda, mantuvo la posesión de la estancia, insistiendo en su compra repetidas veces. Por ser del Estado, hacia allí fue orientado el ferrocarril del Oeste, que llegó a orillas del río en 1859, construyendo el arquitecto Davout el puente, obra de ingeniería admirada en su época, y la estación que la Comisión Directiva dio en llamar Moreno, en recuerdo del doctor Mariano Moreno, prócer de la Revolución de Mayo. Para ello, Alcorta había conseguido del gobierno su reclamada compra de las tierras, en 1858. Al lado del viejo casco, de los follajes de un ombú y un aguaribay, levantó una importante casa al estilo de las quintas aledañas a Buenos Aires y plantó un espléndido bosque de frutales y forestales, todo protegido por alambrados, aún una novedad en nuestros campos.

Así llegó el ferrocarril a las tierras de Alcorta y fue recibido por éste con verdadero júbilo, por su profunda y probada convicción sus hijos los vieron trazar sobre la pampa y tuvieron la satisfacción en la influencia que ejercía sobre el progreso del país, tanto él como de presenciar la inauguración de la nueva estación el 12 de abril de 1860, llegándole primer tren a las 12.34, conducido por la locomotora "Constitución", seguido por otro arrastrado por la histórica "La Porteña". En la ceremonia de inauguración hablaron, entre otros, Lucio V. Mansilla y Carlos Tejedor, se inauguró el telégrafo -otra novedad- y se estrenó la primera industria relacionada con el ferrocarril, los vagones que traía la "Constitución".

Pero el hecho más importante, es que el arquitecto Davout, por orden de Alcorta, trazó, tomando como eje las vías, las manzanas de un pueblo, que nació como consecuencia inmediata de la estación y compromiso para su comisión directiva, que así lo hubiera hecho si las tierras hubieran continuado fiscales.

El pueblo surgió como fruto del loteo exitoso, pero su fundador no pudo verle pujante, sino naciente. Su hijo, el ilustre don Santiago Alcorta (1838-1914), continuó pacientemente conduciendo todas las obras que hoy llamaríamos de infraestructura. Para ello habían hecho dos reservas de parcelas, una para capilla y otra para escuela, además de las cuatro manzanas que donaron al Ferrocarril.

Como las primera estaban fuera de la plaza de la estación, quedaron excluidas. Uno de los vecinos más ilustres en afincarse, el francés Claudio María Joly, conocido librero de Buenos Aires, canjeó una parcela con los Alcorta para levantar la Iglesia. En una reunión realizada el 15 de octubre de 1862, se decidió levantar el templo, entre otras obras públicas ( y tomar al flamante pueblo como cabecera de un nuevo Partido ). La obra del templo fue encarada de inmediato, asistiendo el gobernador Mariano Saavedra a la colocación de su piedra fundamental en 1863 y a su inauguración en 1865, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, a propuesta de los Alcorta, cuyo nombre llevaba a hija del fundador. Un activo miembro de la Comisión del Templo fue el hacendado del Partido, don Pedro Martínez Melo, quién mereció, por a extraordinaria labor realizada en pro del pueblo y por su sólida preparación, el honor de ser la primera autoridad local, por delegación que en él hizo don Santiago Alcorta. El Partido de Moreno, creado el 25 de octubre de 1864 en base al pueblo del mismo nombre, tuvo su primera autoridad en 1º de Abril de 1865, al asumir su cargo de Juez de Paz, Martínez Melo. A él le cupo inaugurar la primera escuela en agosto de ese año, la iglesia el 5 de noviembre y la instalación del Curato el 12 de agosto del año siguiente. El 1º de enero de 1866 había tenido el honor de instalar solemnemente la Corporación Municipal, origen del actual Concejo Deliberante. A Martínez Melo se le deben todas las primera obras de envergadura, entre ellas la instalación de la primera partida de policía, la escuela de varones, los puentes y caminos vecinales y la declaración de las tierras de agricultura o de "pan llevar", para defenderlas de la depredación del ganado. Defensor de la ley, estuvo a punto de perder la vida -según la tradición- por defender los registros de votantes en unas elecciones. Heroico fue su comportamiento en la epidemia del cólera y jamás abandonó su puesto. En ese año de 1867 murió el médico municipal José Giordanelli, boticario local, junto con gran parte del vecindario. Martínez Melo rindió su propia vida a los 39 años en 1871 y se le dedicó una lápida, que aún se conserva en la Iglesia Catedral.

El pueblo siguió su progreso y uno de sus jalones fue la inauguración de la estatua del Dr. Moreno realizada por el presidente de la Nación, el Dr. Nicolás Avellaneda, el 15 de abril de 1877. Iniciativa de don Santiago Alcorta, fue costeada por suscripción ejecutada en Italia, por el escultor Pietro Costa. Ese día el presidente Avellaneda pronunció dos inspirados discursos, uno al descubrirse el monumento y otro al inaugurarse el edificio de las Escuelas, hoy Nº 1.

El partido de más de 2000 habitantes al crearse, fue aumentando su población a medida que su centro urbano y la zona rural reclamaban mano de obra, dada por una importante inmigración francesa, italiana y española. Genoveces, españoles y franceses establecieron sus fondas y comercios en general cuando la estación fue terminal de riel, punto de convergencia de la producción de las estancias. A ellos se agregaron los artesanos y los quinteros, los criados de ovejas escoceses e irlandeses ( que luego buscaron nuevos rumbos ) y hacia fines y principios de siglo los vascos franceses y españoles que explotaron la industria lechera.

El gobierno local también respondió a las distintas tendencias económicas, ya que los latifundios perduraron hasta la declaración del ejido realizado por resolución provincial y a pedido de partes interesadas locales en 1889. Hasta ese entonces gobernaron el partido varios hacendados; el más importante de ellos fue don Juan Rosalio Casco. Hombre de gran fortuna, donó sumas para obras piadosas y públicas y el primer cementerio. Su fuerte fue la ganadería y tuvo pulpería y posta en su casco de estancia: centro del abasto de carne y de gran influencia política. Fue Juez de Paz en 1884 y dos de sus yernos ocuparon los puestos de presidente de la Municipalidad; desde 1887 a 1889 don Ignacio Maldonado, hombre de destacada actuación, fundador del Círculo de Obreros, de reputación reconocida; y don Ernesto Arano en 1897 - 1898, también de actuación y laboriosidad destacadas. Otros ilustres titulares del gobierno local fueron Adolfo Rojas, dueño consorte de la estancia "La Porteña", heredada de los Álvarez; Cipriano Noguera, de notabilísima preparación e ilustración, que desapareció sin dejar rastros documentales; Dámaso Sánchez, hacendado y comerciante por bienes propios de la familia política -los Guerra- ; Carlos Herrero ( heredero de parte de las tierras del coronel guerrero de la Independencia, don Antonio Ramírez, esposo de su tía, doña Rufina Herrero ), hombre de férrea actuación política y social en la localidad; Benito Corvalán, poeta y funcionario, nieto del general Manuel Corvalán, guerrero de la Independencia; Joaquín Prieto, Pedro Diana, Enrique Victorica, Juan Francisco Aguilar ( de raíces antiquísimas en la zona ) y Guillermo Barnes, entre otros.

Pero hubo un clan ilustre por su preparación, ideas progresistas y acción, formado por Emilio Gnecco, de antigua familia genovesa radicada en Entre Ríos, boticario, médico municipal interino, asesor de instituciones, político e intendente, forjó una ilustre descendencia integrada por hijos de notable actuación. Eduardo Gnecco fue querido intendente de Moreno desde 1907 hasta su lamentada muerte en enero de 1909, y Emilio Francisco Gnecco, quien lo fue desde 1910 hasta 1917, después de haber sido maestro, director de la Escuela Nº 1 y concejal. Fue él quien hizo entrar a Moreno en el siglo XX, realizando obras de extremada importancia para el momento, entre ellas el nuevo edificio municipal, el alumbrado eléctrico, el primer empedrado, la forestación del pueblo, la inauguración del Hospital Mariano y Luciano de la Vega realizada en 1912 por un legado de dichos altruistas vecinos. En su mandato se urbanizaron Villa Herrero y Villa Zapiola y se abrieron numerosos caminos y calles y se crearon escuelas y periódicos. Hubo gran actividad política ( hasta se organizó el partido Comunista local ), pero todas las fracciones coincidieron en apoyarlo abiertamente, aún cuando en la mayor parte de su mandato residiera en La Plata, actuando como diputado, concejal, escribano o funcionario. Un caso de coincidencia en la vida política local. Murió en la capital bonaerense en 1928 y aún espera su memoria el homenaje merecido al gran intendente que fuera para Moreno

Historia de Moreno - Puente Márquez



El Combate del Puente Márquez en 1829

El 26 de abril de 1829 se enfrentaron, en el Puente de Márquez, tropas del Gral. Juan Lavalle contra las de Juan Manuel de Rosas y Estanislao López. Tras una encarnizada lucha, el resultado fue de 150 muertos. Mediante la Revolución del 1 de diciembre de 1828, el Gral. Lavalle derrocó al entonces Gobernador, el Coronel Manuel Dorrego, y se hizo nombrar él mismo Gobernador de Buenos Aires. A los pocos días y luego de una intensa persecución, en una jornada de sofocante calor, el 13 de diciembre Lavalle ordenó el fusilamiento de Dorrego. La ejecución de Dorrego fue seguida de duras medidas represivas dirigidas contra los federales. La sociedad entró en un proceso de desorganización. Debido a la movilización de tropas, las fronteras interiores quedaron desguarnecidas y los indios aprovecharon la oportunidad para incrementar sus ataques. La Convención de Santa Fe confirió al Gral. Estanislao López el mando del ejército nacional con la recomendación de restablecer el orden interno; en el sur de la provincia de Buenos Aires, Rosas se hacía fuerte con sus tropas. Lavalle salió a enfrentarlos con fuerzas que estaban compuestas por soldados coraceros, veteranos de la guerra contra el Imperio portugués. López, con un ejército más reducido, contaba con una caballería bien montada. Luego de una importante derrota en Santa Fe, donde perdió buena parte de sus caballos, Lavalle se replegó hacia Buenos Aires, acosado por los montoneros. El 26 de abril de 1829 fue alcanzado por las tropas federales en el Puente de Márquez, sobre el Río de las Conchas, actual límite de Moreno, donde sufrió grandes bajas. Después de enfrentar una guardia que custodiaba el Puente, atacó con 1.400 soldados de caballería, 500 infantes y 4 piezas de artillería. Los veteranos de la guerra del Brasil realizaron una serie de cargas para reducir a las milicias de Santa Fe y Buenos Aires. La lucha fue encarnizada y se combatió desde las seis hasta las diez de la mañana. Las tropas de López atacaron por la izquierda y las de Rosas por la derecha, a los coraceros, que fueron arrollados y emprendieron la retirada hacia el partido de Morón. En el campo de batalla quedaron 150 muertos y numerosos pertrechos. Esta derrota obligó a Lavalle a encerrarse en Buenos Aires, pronto sitiada por las fuerzas de Rosas. Estanislao López se retiró a las cuatro de la tarde del Puente Márquez hacia Santa Fe, ante un presunto ataque del General Paz. Aún faltaban tres décadas para que surgiera la estación Moreno del ferrocarril. Con el transcurso de los años, éste y otros hechos bélicos fueron el origen de ciertas leyendas en el sentido de que en la zona fueron encontradas armas y restos humanos, hallazgos nunca debidamente confirmados.

Fuente: Revista Mi Lugar