Tiempo de Quibres, Tiempo de Poder - Tiempo de Quiebres, Tiempo de Poder - Tiempo de Quiebres, Tiempo de Poder - Tiempo de Quiebres, Tiempo de Poder

25/9/10

ENTREVISTA CON MON. BARGALLO

Monseñor fermando María Bargallo, Obispo de la Diocesis de Merlo-Moreno recibio en la Curia Diocesana a miembros de la Coordinacion Nacional del los SFT.

En una charla muy amena que duró poco mas de una hora y media se le hizo un recorrido sobre los contenidos y los lugares donde se trabajará en la Ciudad de Moreno. Monseñor Bargalló se mostró muy predispuesto a colaborar y a participar del  Seminario.
Estuvieron presentes, Marta Manterola, Secretaria ejecutiva del SFT, Ruben Oyarzo de Neuquén, co-fundador de los SFT, Walter Aranda de Santiago del Estero y Gerardo Duré Coordinador de la Coordinacion y miembro local de los SFT.

TENEMOS LEMA

En la Reunion de Coordinacion Nacional del SFT del 17-18 y 18 de Septiembre pasado se termino de definir los ejes y los contenidos para el 26 SFT que realizaremos en Merlo-Moreno.
Se avanzo mucho en contenido y en el Horizonte Formativo que nos trazamos. Sin dejar de lado los Ejes iniciales de IGLESIA-PODER Y PROYECTO DE PUEBLO se ordeno la reflexion inicial y se pudo construir el contenido mas acabadamente.
Como sintesis de la reflexion sobre esos contenidos visualizamos un lema que nos va a provocar e interpelar desde las practicas mismas. He aqui el lema:

TIEMPO DE QUIEBRES, TIEMPO DE PODER


Tambien definimos los espacios de Vida que nos ayudaran a reflexionar y en los cuales ustedes se inscribiran segun su criterio, practica, interes, etc, etc.
Los Espacios de Vida son seis:

  1. CULTURAS JUVENILES
  2. COMUNICACION Y PODER
  3. MINORIAS CREATIVAS EN LA BIBLIA
  4. PROBLEMATICAS URBANAS
  5. CORPOREIDAD
  6. DIVERSIDAD Y PAIS FEDERAL
Mas adelante les iremos dando mas detalles sobre los contenidos....

15/9/10

LA CREACION DE UNA RE(S)PUBLICA

PARA IR PENSANDO


N. Miguez
 Por Néstor Míguez


- No se trata de cierta ingenuidad de creer que en la voz del pueblo se escucha siempre la voz de Dios. También la cultura popular se nutre de la asimilación de discursos hegemónicos, de tradiciones de anteriores formaciones sociales que persisten como acumulación acrítica, de prejuicios arraigados por siglos de dominación. La colonización de las subjetividades, generada por la compleja sociedad mediática y la captura del deseo que se plasma en la economía consumista, influye tanto como la memoria peligrosa de luchas emancipatorias y reivindicaciones de justicia. No hay ningún tribunal superior que pueda objetivar y discernir esta mezcla desde un sitio de pureza.
- Una política popular, la construcción de la res-pública, es la capacidad de sostener en los tiempos normales, en el correr de la legalidad, el eco de esos reclamos, la fuerza de ese momento como guía de acción. Es necesario reconocer, sin embargo, que el asambleísmo ingenuo, el estado de agitación permanente, no es viable como forma de gobierno para sociedades complejas. Es la misma práctica política la que ayudará a ver de qué manera las respuestas que se elaboran construyen espacios públicos más amplios y participativos. Si la teología puede brindar algún criterio mesiánico para ayudar, será también de naturaleza práctica: será la humanidad de los sectores más débiles de la sociedad, la vida más abundante de aquellos que tienen la vida más amenazada, la vigencia de una experiencia igualitaria que reúna las partes para repartir las partes lo que nos mostrará el camino. Será la posibilidad de la redistribución, tanto de los bienes materiales como de la palabra, lo que animará la gestión de la res-pública. El Reino, siempre imperfecto en la historia, es una pragmática de la esperanza.
- Aparte del “demos” de la democracia los griegos tenían otra palabra, que había caído casi en desuso en el helenismo: “laos” (de donde proviene nuestra palabra laico).
- El demos conoce una partición, que ya hemos indicado: el grueso de la población, la multitud incontada, que no cuenta, por un lado, y por el otro el constituido por los ciudadanos, los propietarios que habitaban en la ciudad, cuyo número es reconocido. Es decir que hay un espacio más amplio que el representado en el demos, el resto de la población que no tenía propiedad, así como las mujeres, los esclavos –que ni siquiera eran considerados seres humanos–, los campesinos libres no propietarios. La inmensa mayoría de la gente conformaban ese otro espacio de pueblo: los expulsados, los excluidos, los que vivían afuera de los muros de la ciudad, o tan dentro de la casa que no podían tener voz pública. De manera que lo que llegó a ser el demos (los ciudadanos) era solo una parte de lo que había sido el laos.
- Vemos una la cita de Jacques Rancière: “Hay política cuando hay una parte de los que no tienen parte, una parte o partido de los pobres”. Hay política cuando no está solamente el demos, sino cuando alguien empieza a gritar en nombre del laos, cuando el laos se mete dentro de la tranquilidad ciudadana y repudia, de alguna manera, los consensos que elaboran los padres de familia, varones y propietarios. Esa multitud, ese otro pueblo empieza a decir: no, nosotros también somos ese pueblo no representado, ese laos, esos pobres.
- Hay política, y por ende sólo hay república, cuando realmente empieza a haber una parte de los que se quedaron sin parte; cuando frente a los propietarios que se repartieron todo, a los representantes que han asumido excluyentemente el poder de la palabra, los demás, los que ellos consideran que están de más, los que se quedaron sin su parte y sin la palabra, empiezan a decir: esto no es así. El bien (los bienes) es bien común, y común significa de todos, no sólo de los propietarios, no sólo del demos, también de nosotros, de los que formamos la parte no reconocida, des-conocida, del laos.